El refuerzo positivo consiste en reforzar positivamente acciones que, en nuestra opinión, el portero ha realizado correctamente. Estas acciones no siempre deben estar vinculadas al éxito deportivo (parada o pase correcto de contrataque). También se pueden dar aunque hayan recibido gol, tras colocarse correctamente frente a balón, observar con acierto el armado, un gesto técnico nuevo, etc.
Debemos huir del refuerzo negativo. Este se produce cuando incidimos en acciones erróneas sin aportar ninguna solución al problema. El portero ya sabe que lo ha hecho mal, no necesita dicho refuerzo negativo.