El efecto Pigmalión también se denomina profecía autocumplida. Está referida al poder que tenemos cada uno para creernos que podemos hacer algo o que no podemos hacer algo. Cuando le decimos a un niño «te vas a caer, te vas a caer» si realmente se podía caer, se caerá. Esto es debido a que en la cabeza del niño va a estar la posibilidad de caerse, con lo que será más probable que suceda. Si en cambio le decimos «sigue, tu puedes, eres el mejor» seguramente lo consiga.
Debemos tener cuidado con los mensajes que transmitimos y cómo los transmitimos. Debemos centrarnos en mensajes positivos, eliminando de nuestro lenguaje los negativos. Esto no asegura que el éxito, claro está, pero evita que dirijamos hacia el fracaso a nuestros porteros.