La técnica en balonmano playa del portero es similar a la de pista, con ciertas particularidades. La principal particularidad es que debemos acostumbrar a los porteros a «mancharse» de arena, que parece trivial, pero no. No a todos les gusta parecer una croqueta, ni están cómodos. ¿En qué momento es necesario? Los gestos del tipo spagat suelen terminar con los porteros en el suelo, Las paradas abajo también tienen esa particularidad. Y también en los gestos en los que lleguemos tarde a la parada, como son los lanzamientos directos de portería a portería. En estos casos, tenemos gestos técnicos no habituales en pista, como es el salto con dos pies juntos.
Los gestos básicos son muy similares, impulso con pierna contraria y parar con dos manos a intentar atrapar el balón. El atrape el mucho más complicado, pero es importante que sigan intentándolo para que sigan el balón con la mirada. Si no, van a la zona y no ajustan el lugar de manera correcta. Para parar abajo el gesto tiene una componente a caballo entre parar en caída y la parada normal abajo. Al poder enterrar el pie en la arena, nos permite gestos abajo más profundos sin tanta necesidad de flexibilidad. Al igual que en la parada en caída de pista, podemos/debemos trabajarlo separando los brazos para abarcar más portería.
La parada subiendo la pierna es, básicamente, igual que en pista. La podemos trabajar de la misma manera, en una pared (si la hay), con elevaciones, etc. El amago de subir la pierna se complica por la superficie blanda bajo nuestros pies. Muy importante reforzar a los porteros que los dos brazos paran el balón por separado. No van a la misma zona. El de la zona de parada acompaña a la pierna, mientras que el brazo contrario para al lado contrario (incluso encima de cabeza). Un buen uso para el brazo contrario es mantenerlo a media altura.
Cuando vamos subiendo de categorías y los lanzadores son más altos, podemos incluir trabajo de parar subiendo la pierna en salto. Tanto salto vertical como salto con componente horizontal (más sorpresivo) teniendo cuidado con no chocar con el lanzador.
El spagat cobra más importancia en el balonmano playa, dado que casi todos los lanzamientos son en proximidad y en muchos de ellos podemos sorprender al lanzador. Debemos valorar antes de realizarlo el tipo de salto o giro que realizan, para evitar que nos superen en altura o que nos pase por debajo. También hay que considerar que una vez estamos saltando, las opciones de rectificar son mucho menores que cuando levantamos la pierna.
La disociación motriz es un aspecto que también debemos trabajar. Por ejemplo, podemos plantear ejercicios analíticos en los que el portero empiece con una pierna apoyada sobre un banco o unos steps. Es un trabajo a medio camino entre la técnica y la coordinación.
Finalmente, el trabajo de pase largo es vital. Debemos reforzar la técnica correcta, así como la velocidad de ejecución. Siempre que podamos, incluiremos tareas de pase largo o lanzamiento directo. Hay que incluir una componente de stress al trabajo, dado que durante los partidos también aparecerá. Un pase largo correctamente ejecutado en 10 segundos no nos sirve para nada (salvo que categorías inferiores como base a futuros pases).